El Consorci pide un informe para intentar frenar la
construcción del macrovertedero
La entidad apuesta por crear microvertederos y se realizarán estudios
geológicos para buscar nuevas ubicaciones más idóneas.
«La intuición nos dice que el vertedero no puede ir aquí y no lo queremos»,
así de tajante se ha mostrado el presidente del Consorci de Residus
Ribera-Valldigna y alcalde de Guadassuar, Salvador Montañana. Para intentar
frenar este proyecto aprobado por el anterior gobierno de la entidad y que ha
creado una gran polémica en la Ribera se ha solicitado un informe jurídico para
saber si hay alguna forma legal de paralizar el proceso de licitación en el que
está inmerso este proyecto de construcción de una planta de más de 120.000
metros cuadrados. Y es que pese a la oposición generalizada, es evidente que
cerrar sin más el proyecto supondría un elevado coste para el Consorci en
indemnizaciones a la empresa.
Las alternativas ya se
esbozaron en la última asamblea donde se apuntó que la solución al tema de los
residuos podría pasar por construir
varios microvertederos en periodos de cinco o seis años ("ecológicos,
inoloros, incoloros e insípidos" – nadie se lo cree). Para ello, el Consorci va a solicitar estudios geológicos en todos
los municipios del radio de acción de la entidad para buscar las ubicaciones
«menos malas», ha apuntado el vicepresidente Fernando Pascual ya que cuestionan
que exista un sólo lugar donde instalar una gran planta y que no genere molestias.
Cabe recordar que el
macrovertedero de Guadassuar que se encuentra en fase de información pública,
cuenta con un informe del Instituto Geológico y Minero (IGM) en el que se
señala una zona de un 30% considerada no apta. En el caso de que el informe
jurídico aconseje no paralizar la planta, «será innegociable que no se utilice
la parte considerada no apta si no se cumple con todas las indicaciones», ha
añadido el presidente del Consorcio. En todo caso, la junta de gobierno ha
señalado que hará todo lo posible para buscar zonas alternativas, un trabajo
que se plantea arduo. Entre los vicepresidentes del Consorcio ya han surgido
las diferencias. «Nadie quiere
un vertedero en su casa y si ya es difícil encontrar un sitio, imaginad buscar
cuatro o cinco cada cinco años. Habría
que buscar un lugar donde poner uno más grande», ha comentado el alcalde de
Massalavés, Gregorio Andreu, uno de los más críticos y que ha recordado que su
municipio lleva 25 años sufriendo las molestias de la basura por la planta
actual.
En la
búsqueda de un lugar idóneo tendrá mucho que decir el nuevo Patricova que
determina que más del 60% de la Ribera es zona inundable, por lo que no podría
albergar instalaciones de este tipo. Un hecho que complica la misión del
Consorci Ribera-Valldigna.
Por último, la instalación número 2, de voluminosos, se encuentra en su última fase de construcción y se espera que esté en marcha en marzo del próximo año. «Será una planta visitable preparada para gestionar todos los residuos según como lleguen», ha comentado el director de proyecto, Pedro Sancho. Cuando se desmantele las actuales instalaciones se plantará un bosque como referente medioambiental.
Este
final el coneixem els que vam viure quan es va instal·lar la planta.
És el mateix. Encara que mai va ser visitable per males olors…
tampoc es van plantar arbres en l’abocador que hi ha al costat de
la Planta, ple de qualsevol classe d’abocaments incontrolats sense
preparar-lo i impermeabilitzar-lo pel que podria contaminar tot el
que hi ha en el subsòl, i tancat i vigilat perquè no fóra vist.
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